El estado se concibe como único sistema válido en el mundo, como administración de recursos y personas. La Tierra entera queda así dividida, parcelada. Nada puede quedar fuera del esquema. Y es parte de la propia idiosincrasia nuestra, del horror que produce en las cuadriculadas mentes que produce para contar, para concretar, para delimitar; hay miedo a perderse en el horizonte, a disertar, a cuestionar, a ser uno mismo. La autodeterminación de los pueblos se simplifica al máximo, independizarse, siempre acaba siendo, salir de un estado para constituir otro estado, Estado en el que seguirá habiendo miedo a perderse en el horizonte, a disertar, a cuestionar, a ser uno mismo. Sí los Estados fueran una forma de agrupación natural entre las personas no precisarían de fronteras, de banderas ni de ideólogos que echarán mano de la Historia, normalmente escrita por los verdugos y nunca por las víctimas, sin embargo la frontera se convierte en la parte capital del Estado, la que lo define; la bandera, el símbolo que enarbola el poder para despertar el fanatismo fetichista, que supone la defensa a ultranza de un pedazo de tierra que siempre pertenece a los mismos, a los señores del poder". 

Extraído del cuadernillo de "Entre el cerdo y el mono" de Monaguillos Sin Fronteras
POR UN PAIS  LIBRE .... SI   UNA REVOLUCION;   KEREMOS IGUALDAD  PARA MI  Y PARA LOS MIOS   UN PAIS KE DIA A DIA LUCHA POR UNA LIBERTAD JUSTA Y DEMOCRATICA